Seguidores

lunes, 7 de noviembre de 2011

¿Rojo y Cartier?

"True love has a colour and a name". Así es como la manufactura relojera francesa Cartier nos vuelve a vender el amor, o mejor dicho, los "productos somatizantes" de éste. Lo hace a nivel mundial por medio de una campaña viral, que como ya nos tiene acostumbrados la casa, es más que conmovedora. París, cuna de la empresa y aún no demostrado pero sí creído por todos, rincón del amor, se convierte en el escenario de las 3 "películas" que durante unos instantes nos obligan a creer en el sentimiento por excelencia.
Bañado con un acento que achacamos a los paladares más románticos y rodeado de un halo musical a base de violín casi exclusivamente, basta prestar atención y dejarse envolver por las historias.


Eterna pregunta sin respuesta atacada por Cartier en su campaña: ¿El amor para siempre? La respuesta de la fábrica es afirmativa. Igual que sus joyas se supone son, eternas, ¿han tratado ellos de asemejar el sentimiento Cartier al sentimiento del amor? Si bien es cierto que la base de la campaña empieza su manifiesto con, "el amor verdadero tiene nombre y color", podemos pensar que se trata de algo más intenso. ¿Podemos hablar de distintas clases de joyas y diferentes relojes al igual que notamos la existencia de diferentes tipos de amor? Hay un claro ataque al resto de firmas, Cartier prevalece sobre las demás de un modo elegante pero agresivo. Y qué decir del nombre. El amor verdadero posee también sólo una denominación, un "él o ella", al igual que se tiene la creencia de que éste sólo aparece una vez.

Entonces, ¿es Cartier el amor verdadero?









miércoles, 2 de noviembre de 2011

Love...




"Quizás el amor no sea algo que te ocurre, quizás sea algo que tu escoges". Así se termina describiendo este sentimiento en una de las numerosas comedias románticas que nos hablan de lo maravilloso que es el amor:




Definir qué es el "amor" sería como tratar de encontrar un sentido al por qué del mismo. Tantas definiciones posibles como historias de amor surjan. Esa es mi particular idea de cómo aproximarnos al concepto. Por ahí se habla de "amor de película". Y yo me cuestiono ¿Cuál es la razón que nos hace relacionarlo directamente con una historia cinematofráfica cargada de drama y con, posiblemente, final feliz? Quizás todos esperamos ser protagonistas de ese filme y es por ello que ansiamos creer. De ahí viene aquello de "no creo en el amor". ¿Por qué tratar a éste como un sentimiento divino, algo en lo que creer a ciegas sin tener prueba alguna?. ¿Por qué tratamos de aferrarnos a éste como si nos fuera la vida en ello?. Hasta hace poco pensaba que todos habíamos sentido alguna vez ese cosquilleo en el estómago, "esas abstractas mariposas" al ver a "ese alguien". Pero hay gente que realmente con avanzada edad te confiesa abiertamente que nunca ha estado enamorada. "Que triste" pienso yo dentro de mi ser, sin embargo, tal vez es más triste que yo haga esa reflexión que el hecho de que un tío con 30 años nunca haya estado enamorado. Es posible que yo me considere suertudo por conocer ese sentimiento y lo que yo creo que se acerca al mismo, cuando en realidad puedo ser desdichado precisamente por ello y ser afortunado el otro. A veces escucho por ahí el opuesto a éste. Dícese de aquellos sujetos que se enamoran constantemente y dan rienda suelta al hecho de "estarlo" de modo público o cuasipúblico. En mi opinión, poco entendedores del corazón y vanalizadores, si es que esta palabra existe, del mismo.
Yo tengo mi particular teoría de la media naranja, sólo que en mi caso la denomino "teoría del 100%". Reservada para unos pocos,los cuáles ya la conocen, no detallaré aquí más sobre ésto. Confieso que cada vez me hallo más convencido de la misma.






En China sin embargo el amor es, como todo aquí, un negocio más. Parques de citas donde lo importante es tratar de "encajar" a los sujetos dependiendo de lo que ofrezcan (dinero, estudios y físico).












Parejas perfectas que deberán conocerse y quererse. Más tarde, cuando ya estén casados, discutirán si es importante aquello de ser felices o no, pero de momento lo que prevalece es la unión conveniencial. Un mercado de "carne humana" dónde los sentimientos no forman parte del trueque y el color que prevalece no es precisamente el rojo pasión, sino el verde, y cuánto más verde haya mejor.
"Comieron perdices, y fueron felices.."








Lo dicho, un sentimiento, múltiples significados.


Amad si podéis... :D