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viernes, 21 de octubre de 2011

Eat...

Exquisito o contrario a mi gusto, dejémoslo así. La gastronomía en Shanghái es un interrogante diario. Los olores se pasean por las calles cogidos de la mano de vapores gigantescos que salen de sartenes y dibujan estelas de sabores que cada día sorprenden a mi paladar. El picante es el bastón culinario de todo cocinero y el making-off de todo el proceso es apasionante. Dudo que su conocimiento se haya forjado en altas escuelas de cocina bajo el mando de un chef estricto, pero yo les doy mi particular "estrella".




Son maestros del movimiento. Tallarines, arroces, bollos rellenos de carne, y tofu. El olor de éste último inunda las avenidas sin ningún tipo de complejo, siendo éste indescriptible y al menos para mí, desagradable.



Agarrar los palillos de manera relajada lleva su tiempo y tras días de lucha constante aprendes a hacerlo, o al menos eso creo.




El sabor... el sabor aquí en Shanghái está en la calle.. :)

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